La Palabra

La mayoría de la gente supone que David es el autor de todos los salmos, pero eso no es cierto. Él los recopiló aunque es autor de muchos de ellos, pero estos himnos tienen diversos orígenes. Ahora bien, lo que conocemos como el “salterio” contiene los salmos escritos directamente por el piadoso rey. Y de allí tomaremos esta lección:

Señor, ponme en la boca un centinela; un guardia a la puerta de mis labios. Salmo 141:3 NVI

La lengua tiene un poder sobrenatural para dar vida o muerte. Dios le delega al hombre el poder de la palabra. Somos lo que hablamos, pero muchas veces desconocemos este poder y decimos que las palabras se las lleva el viento lo cual es una gran mentira.

Hago, por ejemplo, una distinción radical de tres conceptos: Leyes, armas y llaves.

  • Leyes son exigencias para cumplir.
  • Armas son habilidades para desarrollar.
  • Llaves son elementos para abrir y cerrar.

Las Llaves del Reino no tiene más pretensiones que las que nacen de un corazón sincero que procura ser dócil a la guía del Espíritu Santo, y una mente alerta sobre las Sagradas Escrituras para oír lo más claramente posible la voz siempre actual de Jesucristo.

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